¿Cuáles son las razones por las que este tipo de cosas suceden? La respuesta es sumamente sencilla: simplemente surgió, sucedió, porque las circunstancias no daban más opciones. ¿Por qué? No preguntes, es obvio. Además, si has formado parte de ello, sabes la repuesta. No busques más allá. Sucedió porque no podía ser de otra forma.
Sólo puede acontecer porque tras un largo día en ruta, masticando polvo, todos vibramos exactamente en la misma frecuencia. Acontece solamente porque tras dejar atrás las comodidades del día a día no hay mejor manjar que un pica pica regado con cerveza o vino. Porque es fácil que suceda si ese pica pica se lleva a cabo con un enorme sol ocultándose en el horizonte, allí al final de ese increíble lago seco. Sencillo que acontezca si no paran de saludarnos con una enorme sonrisa por allí donde pasamos.
Se dan las circunstancias adecuadas cuando el paisaje del desierto mauritano no nos deja pensar en otra cosa que no sea en su inmensidad. Cuando la ayuda humanitaria llega a su destino, en Gambasse y Bissau, tras viajar con nosotros desde Coruche. E incluso cuando las sonrisas gamberras de los niños del Atlas se tornan en una pedrada y un vidrio roto. Incluso cuando la siempre difícil arena pone a prueba la fortaleza de todos los motoristas. Sólo se puede hacer una única cosa: seguir adelante. Siempre adelante.
Porque es allí, más adelante, donde están escritas las promesas que llevamos desde casa. Llegar a Dakar es un reto, estamos todos en el mismo barco yendo hacia el mismo puerto. Somos un gran equipo que se conoce, se cohesiona, se une con fuerza, se distancia, se vuelve a cohesionar y, finalmente, se torna uno solo, que avanza a pasos agigantados, que coge fuerza, que tiene inercia. Un único equipo que asimila el ritmo del día a día y sabe que la misión al amanecer es recorrer los kilómetros que lo separan de la estrellada noche a través de desiertos, carreteras impracticables, paisajes del sahel, poblados tradicionales y ciudades caóticas.
Y cuando la maquinaria ya está engrasada y va rodando sola, es cuando empiezan a suceder ese tipo de cosas, como ya bien sabes. Y lo único que deseas por la mañana es partir para conocer nuevos territorios, y lo único que deseas tras el picnic del almuerzo en medio de ninguna parte es llegar para descansar y compartir las mil y dos historias que han surgido durante la ruta. E irse a dormir pensando en la ruta del día siguiente: consultando el roadbook, imaginando, planeando, sabiendo que en pocas horas estarás ahí, en esas dunas, en ese poblado, en esa ciudad, en ese paisaje… Y esto es así día tras día durante quince etapas hasta que finalmente la maquinaria llega hasta el Lago Rosa y Dakar, donde celebramos la llegada de todos y también la lucha de aquellos que, por alguna razón, acabaron su viaje antes y no pueden compartir ese momento con nosotros.
Pero aunque llegar a Dakar sea el objetivo, el verdadero objetivo estaba ya conseguido mucho antes, pues no era otro que vivir, sentir y disfrutar de unos momentos ahora ya grabados con fuego, para recordar en compañía de las muchas nuevas amistades que obligatoriamente han surgido durante estos quince días en los que el único objetivo que teníamos era disfrutar, conocer y sentir.
Todos los vídeos de la edición 2013:
http://www.youtube.com/user/dakardesertchallenge/videos
Todas las fotos de la edición 2013:
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¡EN MUY BREVE TODA LA INFORMACIÓN SOBRE LA EDICIÓN 2014 DEL DAKAR DESERT CHALLENGE!
