En Semana Santa de 2013 estuvimos disfrutando, a bordo de nuestras motos, de los contrastes y la singularidad de un país realmente especial: Marruecos.
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Marruecos es quizás uno de los mejores destinos para recorrer en moto. Nuestro vecino del sur es un país lleno de contrastes, donde en un mismo día y en apenas unas horas puedes pasar de las nieves del Atlas a la arena del desierto; de las grandes urbes a los poblados más tradicionales.
Esta Semana Santa pasada estuvimos junto a Aventureros Solidarios recorriendo el país de norte a sur y de este a oeste. La ruta empezó en Tánger, donde la lluvia persistente nos acompañó hasta Fes,pasando por la mágica y azul localidad de Chefchaouen.
Tras visitar la medina de Fes, patrimonio de la Humanidad, nos dirigimos al sur cruzando las nieves del medio Atlas (sí, ¡nieves!) para, en apenas unas horas, encontrarnos de lleno con el árido desierto en Merzouga.
Nos alojamos durante un par de noches reconfortantes en La Baraka junto a Toni, el propietario, y con la visita de excepción Eduard López de Ride To Roots. El día de descanso nos permitió rodear en 4×4 la gran duna de Erg Chebbi y «sufearla» en quad.
Proseguimos la ruta a través de las gargantas de Todra y Dadés. En este último valle nos encontramos con la gente de Camino al Sur, con quienes hicimos un trekking fantástico por los angostos caminos del valle de Dadés. Uarzazate y el puerto de Tizi-N’Tichka nos separaban de Marrakesh, nuestro penúltimo destino, donde pudimos saborear el frenesí de la plaza Jemaa-el-Fna.
Nuestra última parada en este viaje fue Assilah, un encantador pueblo costero bañado por el Atlántico. Última parada antes de subir al ferry y volver hacia casa, dejando atrás un fantástico viaje por el Reino de Marruecos.
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